El lugar: Vancouver,
Canadá – ¡Comida en el norte!
Gringo G’s Experience
Resumen: Antes
de llegar a Vancouver, Canadá, Gringo G llegó a la ciudad sabiendo poco de lo
que podía esperar, su paladar estaba limpio, por así decirlo. Pero ¡guau! viajó
a lugares fabulosos, con vistas increíbles, cultura y sobre todo delicias
culinarias suntuosas y muy variadas.
La comida: El
primer paso en esa montaña rusa de sabor fue The Oakwood
Canadian Bistro, donde el Gringo tuvo el placer de cenar
después de un largo viaje en coche desde Seattle. El ambiente era muy refinado,
con una luz agradable que se mezclaba bien con el acabado de madera (para hacer
honor a su nombre) en la mesa, la barra y las paredes, junto con su música bien
seleccionada que tenía momentos movidos, pero no era avasalladora.
El servicio fue excelente,
amigable (nuestra mesera nos recomendó después un bar para seguir la noche),
eficiente y profesional. Cuando la comida comenzó a llegar todo parecía muy
fresco y diferente.
Las albóndigas de cerdo o Flying
Pigs, colocadas en largos palillos sobre una tabla de roble, eran
excepcionales. La mezcla de mostaza con maple y las albóndigas ricas y saladas
fueron una buena forma de comenzar la cena. Para los platos fuertes elegimos el poutín típico canadiense y otro plato de
mero. Ambos eran eran frescos, excelentemente realizados y muy creativos. El
brisque sobre el poutín se derretía en tu boca y se combinaba perfectamente con
el tradicional gravy y papas fritas con leche cuajada. La porción de mero era
bastante bien servida y preparada a la perfección, con una capa crujiente por
fuera y pescado perfectamente cocido por dentro sobre una cama de lentejas y
tocino, simplemente fantástico.
Para terminar llegó un pastel de
zanahoria con helado de zanahoria como postre. En un mundo ideal así debió ser LePigeon
de Portland, Oregon, en la opinión del Gringo.
Cuernos de Alce!
El segundo punto destacado de esta
experiencia gastronómica fue Banana Leaf (en West Broadway) que
vimos por casualidad cuando íbamos en un autobús sobre Broadway rumbo a The
Oakwood la noche antes. Fue un gran descubrimiento, el local es simple pero
refinado y se especializa en almuerzos y cenas. La comida malasia que se sirve
ahí ha sido reconocida por el gobierno malasio y con razón. Por un precio muy
accesible recibimos un lunch de cinco tiempos, comenzamos por una ensalada
ligera con frutas asiáticas. Luego como platos fuertes: curry rendang con res y
ejotes sazonados; unos deliciosos camarones
gulai tiger, y un platillo de vieiras con un curry de coco para chuparse
los dedos. Todos los platillos eran una mezcla increíble de especias, picante,
dulce y salado, una experiencia emocionante.
PD: Si pensaban que se nos había
olvidado el quinto tiempo se equivocan, cuando parecía que ya no nos cabía más
llegó un plátano al horno con helado y cacahuate, delicioso.
Ensalada Asiática Fresca
Cerveza Tiger
Rollo de Puerco con Curry
Los Platos Fuertes!
Langostinos Gulai Tiger y Escalopas
Bife Rendang con Curry
Tempura Banana
La última parada del gringo en el
desfile de sabor fue Gyu-Kaku Japanese BBQ (ubicación en
Uptown) comida japonesa con
mucho sabor, grasa animal y calor (nada de sushi o sashimi). Además tiene una mezcla
de cortes de res a un precio razonable y el encanto de prepararla por ti mismo
en la mesa. La lengua acompañada con toda una variedad de salsas fue muy
sabrosa. También tienen sopas picantes japonesas, algo que no se ve en México.
Las cervezas estaban a buen precio
y eso fue lo que terminó por hacerlo una buena opción para una cena a altas
horas de la noche en Vancouver.
Hospedaje: El Gringo quedó bastante
satisfecho con su experiencia en el Best Western Plus Uptown Hotel lejos
del ruido y el bullicio del centro de Vancouver, pero muy bien ubicado para
usar el transporte público (en opinión del Gringo esa es la mejor manera de
moverse en Vancouver por rápida, segura y barata). En el hotel el
estacionamiento estaba incluido y… ¡sorpresa! El desayuno también con platillos
calientes, fruta fresca y bebidas. El precio del hotel era menor al promedio,
lo que hizo que fuera aún más conveniente.
Cosas que hacer:
Stanley Park y el Acuario de
Vancouver son obligatorios. El parque es
grande y tiene jardines delicados y árboles enormes que invitan a caminar. El
acuario fue remodelado hace poco y para el Gringo ha sido el mejor que ha
visitado, y eso que ha ido al de Monterrey, California, al Birch Aquarium de
San Diego y el de Veracruz, así que conoce varios. Las exposiciones están muy
interesantes y tienen una sala de 4D a la que puedes acceder sin costo extra.
El 4D es algo que realmente vale la pena conocer.
TIP: Algunos días hay recorridos
nocturnos sólo para adultos, si lo tuyo no es el ambiente familiar.
El campus de la Universidad de British
Columbia (UBC) y el Museo de Antropología
(MOA) fueron algo lindo de ver y de conocer. El MOA tiene una gran colección de culturas
indígenas de Canadá y el resto del mundo, muy bueno para aprender del pasado de
Vancouver.
Hacia el final de su visita a
Vancouver el Gringo pasó por Gastown y Chinatown, los dos están en el centro de
la ciudad. Gastown tiene unos bonitos edificios de principio de siglo, pero
está lleno de tiendas turísticas y turistas que al Gringo no le gustan (aunque
el reloj de vapor fue muy padre). Chinatown dejó que desear, de hecho hay otras
partes de la ciudad donde vimos más gente asiática que en Chinatown.
En resumidas cuentas Vancouver fue
muy agradable por su comida, su cultura, su gente y sus sitios de interés.
Próximamente: Viajando con el Gringo EXTRA Boston, MA!
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